Pero no sólo se trata de captarlo, sino que también implica retenerlo e integrarlo a la empresa, que se sienta a gusto y que al poco tiempo no esté pensando en irse. De allí, la importancia de hacer un buen Onboarding.
No hacerlo puede ser la razón de la alta rotación que se observa en algunas empresas:
“Un 21% de los empleados abandona su puesto de trabajo durante los primeros tres meses”
¿Qué es el Onboarding?
El Onboarding es un proceso diseñado para ayudar a los trabajadores recién contratados a que se integren con éxito a su nuevo puesto de trabajo, buscando que se sientan bienvenidos en la empresa que los recibe y procurando que reduzcan al mínimo el tiempo que tardan en integrarse al 100% en sus nuevos puestos.
Es un proceso que suele confundirse con la inducción, pero que en realidad es mucho más complejo que esta, y va más allá de las simples reuniones informativas propias de los primeros días de trabajo.
Diferencia entre la Inducción y el Onboarding.
La inducción es un proceso unidireccional (de la empresa al nuevo trabajador) que ocurre generalmente durante la primera semana de ingreso y que busca orientar al nuevo trabajador acerca de las funciones y tareas que conlleva su puesto de trabajo. Un esfuerzo básicamente informativo en donde se le habla al recién contratado acerca de sus responsabilidades y de los reglamentos y lineamientos generales de la empresa empleadora.
En cambio, el Onboarding es un proceso bidireccional (que va tanto de la empresa al trabajador como en sentido inverso), que suele ir más allá del primer mes y que busca impactar en la experiencia vital de los nuevos contratados, con la intención de motivarlos a lograr el mejor desempeño en sus nuevas funciones, y a que se integren de manera franca, empática y exitosa a un nuevo equipo de trabajo y a que desarrollen fidelidad hacia la empresa que los acoge.
¿Conoces la diferencias entre Upskilling y Reskilling? Te compartimos un artículo sobre el tema.
Etapas del Onboarding
El onboarding es un proceso que generalmente se desarrolla en varias etapas, como puede ser las siguientes:
1) Etapa previa al ingreso del trabajador.
El Onboarding debe empezar antes de seleccionar al talento que ocupará una posición, desde que se inicia el proceso para cubrir una vacante. Así, al entrevistar a los candidatos, se les debe informar claramente:
– Cuáles son los valores corporativos de la empresa.
– Qué tareas y funciones supone el puesto a cubrir.
– Normas y horarios a cumplir.
– Características del departamento y del equipo donde se encuentra la posición.
2) Los primeros días de trabajo.
Son días en los que el nuevo empleado estará lleno de dudas, preocupaciones y expectativas. Por tanto, es importante que:
– El supervisor inmediato oriente al nuevo empleado de forma precisa acerca de lo que conlleva desempeñar el puesto que ocupa.
– Se le presenten al nuevo colaborador sus compañeros de equipo.
– Se le expliqué cómo funciona la empresa.
– Y si la empresa tiene un software para la gestión de recursos humanos, se le explique al nuevo colaborador cómo funciona y cuáles son las distintas tramitaciones y peticiones que se pueden realizar con él.
3) La primera semana.
Es importante darle al nuevo trabajador la oportunidad de interactuar con sus compañeros y de aprender de ellos. Es una etapa en donde es conveniente que:
– Se seleccione a un menor o anfitrión que guíe al nuevo trabajador en su adaptación inicial.
– Darle información detallada acerca de los departamentos que conforman la empresa, y de ser posible que establezca contactos con los equipos de trabajo de las distintas áreas.
– También es recomendable que en estos primeros días el trabajador conozca a los directivos de la empresa, a fin de conversar con ellos y aclarar eventuales dudas.
– Y lógicamente, al cierre de la primera semana y de las que siguen en el mes, hacer los respectivos balances de actividades cumplidas y de los resultados esperados.
4) El primer mes.
Superado el primer mes, el nuevo empleado deberá:
– Colaborar e interactuar de forma autónoma con los diferentes equipos de la empresa.
– Tener reuniones semanales como parte de su rutina de trabajo.
– Aprender a cuantificar los resultados propios y a organizar los compromisos futuros.
– Asumir responsabilidades y enfrentar las dificultades inherentes a su posición.
– Ser capaz de presentar su trabajo ante sus compañeros y exponer los logros alcanzados.
5) Onboarding continuo.
El Onboarding no debe terminar tras el primer mes de trabajo. Debe asumirse como un proceso continuo, en donde se le dé seguimiento al desempeño del talento, un seguimiento que inicialmente puede ser mensual, y que, según el trabajador va adquiriendo una mayor soltura y experticia, puede pasar a ser trimestral o semestral.
Los beneficios del Onboarding
1) A corto plazo.
– El trabajador se integra adecuadamente a la empresa.
– Asimila y se identifica con los valores y cultura de la organización.
– Empieza a ser productivo antes.
– Y disminuyen sus dudas, frustraciones, errores y los malentendidos.
2) A largo plazo.
– Se reducen los niveles de rotación.
– Se fortalece la marca empleadora (Employer Branding).
– Mejora el ambiente laboral.
– Se logra una mayor productividad y rentabilidad en el largo plazo.
Claves para un buen Onboarding.
1) El Onboarding no puede depender solo del departamento de recursos humanos. Deben incorporarse también al proceso los diferentes equipos de la empresa y sus supervisores.
2) Procurar que se dé un feedback constructivo al trabajador de nuevo ingreso durante todo el proceso de Onboarding.
3) Brindar al nuevo empleado la posibilidad de ser lo más proactivo posible.
4) Darle autonomía al empleado para que genere iniciativas propias.
5) Estimular a los empleados mediante kits de regalo con productos alusivos a la empresa.
Tendencias en el Onboarding.
1) Personaliza el Onboarding. Las compañías más efectivas toman en cuenta las particularidades de cada trabajador a la hora de implementar sus procesos de Onboarding.
2) Digitaliza los procesos de Onboarding. Ello permite que puedan aplicarse en equipos remotos, mediante la entrega de guías de bienvenida, documentos y calendarios virtuales.
3) Aplica métricas al Onboarding. Para valorar su impacto y efectividad en el desempeño de los trabajadores y en las tasas de retención de la empresa.
Un buen Onboarding es esencial para favorecer la retención del talento, un talento que, al sentirse cómodo, integrado y a gusto en su puesto de trabajo, no estará pensando en marcharse, por el contrario, hallará razones para identificarse con la empresa (fidelización), para hacer carrera dentro de ella, y sobre todo, para mostrar su disposición al desempeño productivo en el menor tiempo posible.