Las políticas de empresas absurdas son aquellas normas que buscan regular y estandarizar el desempeño de los colaboradores en lo que no tiene sentido poner normas, o aquellas que se introducen de manera indebida en la intimidad de las personas.
Lógicamente, hay circunstancias que deben ser reflejadas en un manual de normas y procedimientos, como por ejemplo, cómo autorizar la ausencia de un trabajador remoto, por enfermedad de él, de algún familiar cercano o por algún imprevisto.
También, regular las salidas de vacaciones del personal, cómo premiar el buen desempeño de los colaboradores y/o equipos, cómo y cuándo dotar de kits corporativos al personal, beneficios laborales, entre otros.
A eso no nos referimos, de lo que estamos hablando es de aquellas políticas de empresa que no tienen sentido, esas políticas que buscan regular lo que no debemos regular. Estas son:
Políticas de empresa absurdas
- Establecer normas rígidas de afeitado y de vestimenta.
- Prohibir el uso de RR. SS. en horas laborales.
- Tener horarios estrictos. Limitar los permisos y horas de descanso.
- Exigir constancias médicas por un pequeño malestar.
- Limitar la utilización del internet de la empresa para asuntos personales.
- Obligar al trabajo presencial cuando se puede hacer a distancia.
- No dar autonomía a los colaboradores ni favorecer el empoderamiento.
- Basar la conducción en órdenes estrictas más que en indicaciones.
- No reconocer méritos ni dar feedback positivos a los colaboradores.
- Establecer políticas de gastos y viáticos de trabajo poco flexibles.
Y otras tantas normativas insólitas, relacionadas con la necesidad de un mayor control en las operaciones, que algunos jefes suelen proponer.
Un tema interesantísimo, el de las políticas de empresa absurdas, en el que gratamente podemos profundizar leyendo el fascinante libro NO RULES RULES, Netflix and the Culture of Reinvention (en español, Aquí no hay reglas: Netflix y la cultura de la reinvención) de Reed Hastings, el CEO de Netflix y de la profesora Erin Meyer del INSEAD Business School de París.
Un libro en donde el genio del streaming, nos cuenta cómo en Netflix la regla es no tener reglas (que en realidad significa tener las mínimas), un título llamativo por lo irreverente que es, cuyo objetivo es hacernos reflexionar sobre cómo hay que ser de parcos y de comedidos a la hora de establecer las políticas de una empresa.
Políticas flexibles
Sin duda, la finalidad de una empresa es producir y generar riqueza, pero es importante hacerlo en condiciones flexibles. No tiene ningún sentido, si una empresa ha sabido seleccionar a su personal, que funcione como una cofradía del rigor.
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Puedes leer más sobre flexibilidad empresarial con nosotros en ese artículo
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Un cambio de mentalidad que incluso ha llegado ya en muchos países a instituciones por tradición rígidas y controladas como las fuerzas armadas. En ellas, hoy en día, vemos a efectivos con barba y largas cabelleras, otros con sombreros distintivos de su cultura como los gurkhas británicos o los soldados de la cultura Sij con sus turbantes. Y hasta mujeres militares con sus caras suavemente maquilladas y sus uniformes entallados.
De lo que se trata es que las organizaciones funcionen en un clima de trabajo grato y amigable a lo interno, y que las pautas de conducta sean cada vez lo más razonable.
Un clima de trabajo flexible que fortalece el espíritu de cuerpo, el compromiso y la cultura corporativa de los miembros de un colectivo u organización, Un clima que persigue es que se alcancen los mejores resultados posibles y que procura en todo momento asegurar la continuidad y motivación de los trabajadores, en especial en aquellos sectores en donde es frecuente el estrés y el burnout.
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