Aprendizajes sobre el trabajo remoto (a un año del Covid-19)

Aprendizajes sobre el trabajo remoto (a un año del Covid-19)

A mediados de marzo de 2020 comenzó el confinamiento global, y aunque en Latinoamérica, Colombia y Costa Rica, marcaban pauta en la adopción del trabajo remoto (tanto en materia de estímulo empresarial como en legislación) el abandono de los sitios de trabajo por parte de la fuerza laboral mundial fue total.

Los empresarios se vieron obligados a cerrar sus oficinas y salir a la carrera, a adquirir computadoras, a contratar servicios de videoconferencia y a subir sus operaciones a la nube. En la gran mayoría de los casos, la adopción del trabajo remoto fue precipitada.

Claro, no había otra opción. La gente tuvo que marcharse a trabajar a sus casas vía internet. Un éxodo forzado que se implementó de forma apresurada, sin la experticia y la planificación debidas, y que ocasionó ciertas dificultades a los trabajadores producto del desconocimiento.

Dificultades derivadas de la adopción apresurada del trabajo remoto

1) No saber desconectarse. No saber separar el tiempo de trabajo del tiempo personal. Sentir que se está disponible todo el día, como en un bucle del cual no se puede salir.

2) Realizar demasiadas reuniones o muy largas. Si tienes demasiadas reuniones o son muy largas, que te quitan tiempo de trabajo, terminas trabajando a deshoras.

3) No hacer pausas durante las horas de trabajo. Cuando se trabaja en remoto, ya no hay las pausas habituales de la oficina para ir por un café, estirar las piernas, pararse y pasear para hacer una llamada. Ello puede causar Burnout.

4) Extrañar las bromas de los compañeros. Al trabajar en remoto se puede perder la oportunidad de socializar y de compartir bromas con los compañeros.

5)    No ser capaz de establecer objetivos claros, que permitan momentos de concentración dependiendo del rol laboral de cada quien.

6) Sobreexposición a herramientas digitales de comunicación. Al usar herramientas como Teams, WebEx, Slack o Facebook Workspace, si no se manejan con experticia, terminan convirtiéndose en notificaciones duplicadas, a causa del abuso del correo y la mensajería instantánea.

7) Sentirse solo o perdido. Cuando se trabaja en remoto es importante hacer contacto con los compañeros y supervisores, y compartir las inquietudes que el trabajo genera. No hacerlo puede llevar a la sensación de soledad, a sentir que “no está a la altura”, a percibirse como ajeno, extraño, al resto del equipo.

 

Una serie de inconvenientes que los trabajadores y sus empleadores asumieron con cierto sentido de provisionalidad, en el entendido que se trataba solo de “surfear la ola del COVID-19”, esperanzados seguramente porque estos no durarían mucho y que se superarían al regresar a la oficina tras algunos meses de confinamiento.

Y así nos llegó el 2021, y en buena parte del planeta comenzaron los programas de vacunación. Pero algo cambió, los trabajadores aprendieron a disfrutar las bondades derivadas de conciliar la vida laboral con la familiar, la flexibilidad laboral de administrar su tiempo y ya no quieren volver a la rutina presencial.

¿Por qué gastar 10-15 horas a la semana en traslados de la casa a la oficina y viceversa? ¿Por qué perder la posibilidad de trabajar desde distintos sitios en diferentes horarios? ¿Por qué debo estar tantas horas a la semana apartado de mi familia?

Conoce algunas estadísticas sobre la percepción del trabajo remoto y sus beneficios.

 

8 hábitos personales recomendables para un buen desempeño en el trabajo remoto:

1)    Contar un espacio especial para trabajar: Establecer un espacio dentro de tu hogar te permitirá enfocarte aún más y lograr la desconexión de forma más eficiente

2)    Establecer un horario de trabajo y ceñirse a este: Aunque trabajar por objetivos es lo ideal, éstos siempre se realizan en lapsos de tiempo. Tener un horario nos permite establecer rutinas más saludables

3)    Planificar momentos de ocio y de contacto familiar: Se relaciona con el punto anterior. ¡Hay tiempo para todo!

4)    Limitar las horas de exposición a teléfonos, correos, pantallas, etc.: La desconexión digital es clave para evitar el burnout.

5)    Tener rutinas sanas de alimentación, ejercicio físico moderado y regular: Estar tanto tiempo sentado no es bueno en lo absoluto. Tener una vida sedentaria es exponerse a muchísimas enfermedades que pueden evitarse a tiempo. ¡Recuerda también tomar mucha agua!

6)    Usar un atuendo diferente para trabajar del usado en horas de ocio: Esto te ayudará a ponerte modo #productivo!

7)   Practicar la comunicación asertiva: Comunicarse es un arte que nos permite relacionarnos muchísimo mejor, especialmente cuando trabajamos a distancia y con compañeros de todo el mundo.

8)    Practicar pausas activas: Procura estirarte de forma pausada de los pies a la cabeza, sin olvidar las muñecas. Ellas se llevan la mayor parte del desgaste físico diario

Lo que se esperaba que ocurriera con el trabajo a distancia en 5, 10 años o más, el SARS-CoV-2 lo aceleró de forma inusitada, y tal vez debamos agradecerle que nos hizo tomar conciencia que somos la aldea global interconectada, interrelacionada e interdependiente, con 2 grandes retos de cara al porvenir: El trabajo remoto, mejorando los tiempos en contrataciones, y la sostenibilidad.